Expertos filólogos han reivindicado hoy protección cultural y respeto para aquellas lenguas minoritarias procedentes del galaico-leonés que todavía se escuchan en zonas fronterizas de Extremadura, Castilla y León o Portugal.
Así lo ha manifestado hoy el etnógrafo salmantino José Benito Mateos, durante el congreso que se ha celebrado en el municipio de Villasrubias (Salamanca), donde han participado estudiosos de lenguas minoritarias, que han insistido en que este tipo de habla no es motivo de vergüenza, sino de cultura tradicional.
A lo largo del congreso se han puesto numerosos ejemplos de zonas salmantinas, zamoranas, cacereñas, pacenses o portuguesas donde grupos minoritarios mantienen reductos lingüísticos creados a lo largo de los siglos por diferentes circunstancias, aunque siempre bajo el tronco del galaico-leonés.
Así, por parte de filólogos de la provincia de Cáceres se ha defendido el habla denominada «estremeñu».
Este dialecto, también originario del leonés, tiene en Internet su propia enciclopedia Wikipedia, denominada «Güipipeya», que se creó en 2008 y que recoge un total de 12.500 vocablos.
Una de las ponentes salmantinas, Patricia Santamaría, ha defendido los dialectos del leonés que aún permanecen en algunos puntos de la geografía lusa y los dialectos del portugués que se conservan en pueblos de Badajoz, Cáceres y Salamanca.
Santamaría se ha referido a pueblos españoles de la provincia de Badajoz, Olivenza, Táliga y Codosera, donde se habla el conocido como «portugués alentejano», ya que fueron localidades que pertenecieron al Reino de Portugal entre 1297 y 1801.
En la provincia de Cáceres, en algunos pueblos como Cedillo, La Fontañera o El Pino también se conserva este dialecto y en el caso de Herrera de Alcántara se habla el «ferreño», también proveniente del portugués.
Durante el congreso también se ha debatido sobre la parla o habla de El Rebollar, que mantienen sobre todo las personas mayores de los pueblos salmantinos de Navasfrías, El Payo, Robleda, Peñaparda o Villasrubias, todos limítrofes con el norte de Cáceres.
Este tipo de dialecto, procedente del leonés, lo usan en su comunicación diaria alrededor de 2.000 personas.
Por la provincia de Salamanca, una situación similar la ha ejemplificado con las aldeas fronterizas de La Alamedilla y La Alberguería de Argañán, donde se usa un dialecto portugués, procedente del galaico-portugués, similar al que utilizan los vecinos lusos de la Sierra de Gata.
Aún así, son lenguas minoritarias en «claro retroceso», debido, sobre todo, a la población tan envejecida de los pequeños municipios, la despoblación y «el escaso apoyo institucional» para su mantenimiento, según Patricia Santamaría.
En contraposición, algunos expertos han explicado el trato que recibe por las instituciones de Portugal la lengua denominada «El Mirandés», propia de los pueblos de la región lusa de Tras Os Montes, que la usan, según estimaciones, alrededor de 7.000 personas.
Sobre esta lengua procedente del leonés, en 1999 Portugal publicó un decreto el 29 de enero que reconocía oficialmente los derechos lingüísticos de al comunidad mirandesa y en 2003 se creó el Instituto de la Lengua Mirandesa.
Además, en esta zona limítrofe con el oeste de Castilla y León, existe una emisora de radio que usa la lengua de El Mirandés, Radio