La tercera de las Jornadas de El Rebollar reunió en Navasfrías a historiadores, semiólogos y folcloristas en torno a una temática abierta sobre retospectiva histórica y formas de cultura tradicional. La sesión de mañana se inició con una comunicación de F. Javier Morales Paino acerca de la violencia feudal y los conflictos antisociales en El Rebollar y sus aledaños a finales del siglo XV.
Santiago Corchete Gonzalo, con un comunicación sugestivamente titulada “Mi Rebollar: 1945”, ofreció una estampa rebollana en los años de la posguerra, a partir de sus propias vivencias en Peñaparda, en un período socialmente convulso y de hambruna, en un medio natural a la vez rudo y acogedor, digno de la contemplación, evocando la geografía natural y urbana de Peñaparda, villa apoyada en el peñasco del Castillo y a la sombra de su calvario, así como las faenas, las vestimenta, los cantares y la lengua de sus habitantes.
Carlos García Medina describió la iconografía pastoril y popular más característica del Oeste de Salamanca, y explicó el sentido de los motivos de este arte tradicional, que él mismo recupera en su pintura, de la que ofreció una muestra, exponiendo una serie de láminas. Por su parte, Manoli García Vicente, experta bordadora de Robleda, cuya formación se basa especialmente en una gran capacidad de observación y ejecución, efectuó una presentación de fotografías y muestras de bordados populares de la comarca, fruto de diez años de trabajo, o existentes en su propia familia. Puso de relieve la peculiaridad de algunas labores, cuyo origen tal vez remonte a varios siglos, como “el punto de cadeneta” y el predominio del color negro o azul marino con lana de oveja negra.
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